Rest Stop (2006) John Shiban

Una joven con incontenicencia urinaria, Nicole, decide fugarse con su novio, Jessie, para ir a California a hacerse actriz. En el viaje, tras un torrido escarceo amoroso, oportunamente grabado en su videocámara casera, son sacados de la carretera por una mugrienta camioneta. Pasado el susto, Nicole tiene que ir al servicio pero no puede hacerlo en el campo, motivo por el que deciden parar en una solitaria área de descanso. Una vez aliviada su incontinencia, Nicole descubre con pavor que Jessie se ha ido. 
Lo que en un principio es tomado como una broma pesada del joven semental, pronto se revela como algo mucho más escalofriante. El extraño conductor de la camioneta ha secuestrado a Jessie y vuelve ahora para atormentarla. Esto es motivo más que suficiente para que nuestra protagonista comience a realizar todo tipo de acciones sin sentido, tales como ponerse a beber bourbon como si no hubiera un mañana, dejar mensajes en la puerta de los baños mientras echa otra meadica o desperdiciar sus dos últimas balas en rematar al policia malherido que ha intentado ayudarla… Eso sí, esta escena nos brinda una de las frases memorables de la película por la que merece la pena su visionado: “Métemela en la boca, Nicole. Métemela en la boca”. Pero la pobre y meona Nicole está sumergida en su peor pesadilla y casi nada de lo que cree estar viendo, sucede en realidad. Por ello, explosión de los lavabos mediante, decide pasar al ataque y ataviada con un cóctel molotov, un bonito sujetador y unos vaqueros intentará matar al extraño conductor. Delirante.

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